Un reciente estudio sugiere que los niños que crecen en un entorno de crianza receptiva tienden a tener un índice de masa corporal (IMC) más bajo hasta la niñez media. La crianza receptiva implica que los padres sintonizan con las necesidades emocionales y físicas de sus hijos, lo que puede establecer trayectorias de crecimiento saludables. Sin embargo, el impacto de esta crianza disminuye con el tiempo, lo que indica que se requieren esfuerzos continuos para contrarrestar las influencias externas que promueven la obesidad infantil.
Un estudio revela que la crianza receptiva ayuda a mantener un peso saludable en niños pequeños.
Deja un comentario
Lo siento, tenés que estar conectado para publicar un comentario.