Las aplicaciones de citas, que en su inicio impactaron como una novedad, están cumpliendo diez años y ya no son tan elegidas. Tomás Balmaceda, filósofo, explica el desencanto actual: la sobreabundancia de opciones abruma a los usuarios, generando desconfianza en la autenticidad de los perfiles y cansancio por el uso excesivo de dispositivos móviles. Según estudios, la dificultad para formar vínculos ha aumentado y se prevé un retorno a interacciones cara a cara y nuevas formas de socialización, como cenas a ciegas o eventos de solteros.
Las apps de citas enfrentan desinterés por la sobreoferta y falta de autenticidad, según analistas.
Deja un comentario
Lo siento, tenés que estar conectado para publicar un comentario.