El regreso a la oficina genera un debate sobre su relevancia en un mundo donde el home office ha ganado terreno. Mientras algunos celebran la vuelta a la presencialidad, muchos trabajadores se sienten desconectados y aislados. La oficina, que solía ser un espacio de interacción, se ha convertido en un mero escenario donde la comunicación es escasa. Este cambio no solo afecta a los empleados, sino también a la estructura urbana y social de las ciudades, que se ven transformadas por la disminución de la vida laboral presencial.
El regreso a la oficina plantea dudas sobre su necesidad y el impacto en la vida laboral.
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