Los nombres de los días de la semana tienen raíces profundas en la historia, originándose en la antigua Babilonia, donde se asociaron cada día con un cuerpo celeste. Griegos y romanos adoptaron este sistema, vinculándolo a sus dioses, mientras que el cristianismo modificó algunas denominaciones. A pesar de las variaciones culturales, el esquema de siete días se ha mantenido en la mayoría de las civilizaciones, reflejando la influencia de la astronomía y la mitología en nuestra organización del tiempo.
Los nombres de los días de la semana provienen de la astrología y mitología, reflejando la historia de la humanidad.
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