La misa, una ceremonia clave en la Iglesia Católica y Ortodoxa, no solo es un acto de devoción, sino que tiene efectos positivos en la salud mental y emocional de quienes participan. La asistencia regular puede mejorar la estabilidad emocional, reducir el estrés y fomentar un sentido de comunidad. Según estudios, las mujeres que asisten a misa tienen una perspectiva más optimista de la vida y son menos propensas a la depresión. Además, se ha encontrado que la práctica religiosa puede estar relacionada con una reducción en el riesgo de enfermedades.
Asistir a misa cada semana puede mejorar la salud emocional y mental de las personas.
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