El viagra, los rayos X, el microondas y la penicilina son ejemplos de descubrimientos que ocurrieron por casualidad, una manifestación del fenómeno de la serendipia. Cada uno de estos hallazgos se realizó en el transcurso de investigaciones que buscaban diferentes objetivos. Este principio también se aplica a otros inventos como el fósforo blanco, la anestesia y el velcro, todos ellos resultado de la pura fortuna. Mireia Ortega, en su libro ‘La Ciencia y el Azar’, cita cómo estos avances demuestran la importancia de saber interpretar lo inesperado.
El viagra, penicilina y rayos X son hallazgos fruto de la serendipia.
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