Un gesto cotidiano como poner el teléfono móvil boca abajo ha despertado sospechas en las relaciones de pareja. Este comportamiento, que puede parecer trivial, se ha relacionado con intentos de ocultar información, especialmente en el contexto de infidelidades. Un estudio de Ashley Madison revela que el 56% de los encuestados utiliza su móvil para comunicarse con amantes. Sin embargo, este hábito no siempre indica deslealtad; puede ser simplemente una preferencia personal o una forma de evitar distracciones. La tecnología ha transformado las relaciones, facilitando tanto la conexión como el ocultamiento de secretos.
Colocar el celular boca abajo puede generar sospechas de infidelidad, aunque a veces tiene explicaciones inocentes.
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