La cigüeña blanca (Ciconia ciconia), conocida por migrar a África, ha adaptado su comportamiento ante el clima. Con inviernos más cálidos, muchas quedan en su lugar de reproducción, como España y Portugal, afectando el equilibrio ecológico. Los ornitólogos advierten que este fenómeno, además de reducir la migración, influye en la reproducción y la disponibilidad de alimento. Un aumento en la cantidad de cigüeñas en invierno puede parecer positivo, pero plantea serias preocupaciones sobre el impacto climático y humano en su hábitat.
La presencia de cigüeñas durante el invierno indica cambios climáticos críticos que afectan su hábitat y reproducción.
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