La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha tomado la decisión de eliminar 2.000 puestos de trabajo, dejando a miles de sus empleados en una situación incierta. Esta medida se implementó tras el fallo del juez federal Carl Nichols, permitiendo la reducción del personal y la colocación del resto en licencia administrativa a nivel global. Además, la administración Trump ha cerrado la sede de USAID en Washington y suspendido programas de ayuda internacional, lo que forma parte de su estrategia por reducir gastos considerados innecesarios. Se ha asegurado a los empleados en el extranjero que mantendrán acceso a recursos diplomáticos y se ofrecerán beneficios como viajes de regreso voluntarios.
La eliminación de 2.000 empleos por USAID deja a miles en incertidumbre laboral a nivel mundial.
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