Greenpeace está en la mira de una demanda de 300 millones de dólares por parte de Energy Transfer, la constructora de oleoductos que persigue a la organización desde hace ocho años. Este juicio, que comienza el lunes y se espera dure cuatro semanas, podría ser devastador para Greenpeace-EEUU y el movimiento ecologista. La directora de la ONG advierte que la empresa intenta silenciar a los oponentes y busca destruir el activismo ambiental. Juristas opinan que el caso puede establecer un precedente peligroso para el activismo en Estados Unidos.
Greenpeace enfrenta una demanda de 300 millones de dólares que amenaza su existencia y el activismo climático.
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