El Plan 1000 días, que ofrece apoyo a familias con bebés prematuros, ha visto reducidas sus entregas de leche especial, resultando en una grave crisis económica para muchas. Ejemplo de ello es la familia Miraglia, que tuvo que sacar un préstamo de $4 millones para cubrir los caros gastos de alimentación de su hijo Valentín, nacido a las 28 semanas. La leche, que cuesta entre $70,000 y $80,000 por lata, es esencial para el desarrollo de bebés en estas condiciones, pero su suministro ha sido interrumpido, poniendo en riesgo la salud de los pequeños.
Las familias deben endeudarse para costear la alimentación de sus bebés prematuros tras el recorte de ayudas gubernamentales.
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