Pasé la tarde con mis hijos en la piscina, flotando y conversando. Hablamos sobre la cercanía y la distancia entre familiares, explicándoles que no siempre ser pariente implica ser cercano. A medida que comparto recuerdos de mi infancia, me doy cuenta de que la cercanía que disfrutan hoy es única y valiosa. Reflexionamos sobre cómo las relaciones pueden cambiar con el tiempo, pero también sobre la importancia de trabajar en ellas. Al final, la tarde se convierte en un momento de conexión y gratificación.
Una tarde en la piscina con mis hijos despierta reflexiones sobre la cercanía familiar y los recuerdos.
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