El asesinato de Mary McLaughlin en 1984 permaneció sin resolver hasta que una colilla de cigarrillo hallada en la escena del crimen fue analizada por el Scottish Crime Campus, revelando un perfil de ADN que coincidía con el de Graham McGill, un agresor sexual. Aunque McGill estaba en prisión cuando ocurrió el crimen, se descubrió que tenía permiso de fin de semana y pudo haberlo cometido. En abril de 2021, fue condenado a 14 años de prisión, brindando finalmente justicia a la familia de Mary.
El crimen de Mary McLaughlin fue resuelto 35 años después gracias a una colilla que permitió identificar al asesino.
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