Ducharse diariamente es necesario para el cuidado personal, pero la OMS sugiere limitar las duchas a cinco minutos. La temperatura del agua también juega un papel crucial. Jorge Ángel, un enfermero, revela que el agua caliente ofrece relajación y ayuda a las contracturas, pero reseca la piel. En cambio, el agua fría proporciona energía y ayuda con la inflamación, cerrando los poros. Se recomienda usar agua templada entre 28 y 30 grados. La OMS sugiere duchas cortas con jabones suaves para evitar irritaciones.
Un experto explica los pros y contras de ducharse con agua caliente o fría, según la OMS.
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