Las brochas de maquillaje deben limpiarse regularmente para evitar que acumulen productos, grasa y bacterias. Esto ayuda a prevenir irritaciones y brotes de acné. Las brochas para crema deben limpiarse al menos una vez a la semana, las de polvo cada dos semanas, y las esponjas tras cada uso. La limpieza adecuada implica mojar las cerdas, usar un limpiador suave, aclarar, secar correctamente y desinfectar ocasionalmente con alcohol isopropílico para una higiene óptima.
Limpiar las brochas de maquillaje es esencial para la salud de la piel; conoce la frecuencia y técnica adecuadas.
- Brochas para productos líquidos: limpiar al menos una vez a la semana.
- Brochas para productos en polvo: limpiar cada dos semanas.
- Esponjas de maquillaje: limpiar después de cada uso.
- Usar agua tibia y un limpiador suave.
- Secar en posición horizontal con las cerdas hacia abajo.
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