Martín Santiago Del Río, condenado por el asesinato de sus padres en 2022, pasa sus días en el Pabellón 3 de la Unidad 48 de San Martín. Aunque no es abogado, se ha convertido en un asesor legal para otros internos, habiendo leído obsesivamente sobre leyes. Sin embargo, su situación en prisión es grave: no recibe visitas, solo una encomienda semanal de alimentos, y sufrió dos picaduras de una araña que casi le cuesta perder las piernas. A pesar del aislamiento y de una condena a prisión perpetua, mantiene esperanzas de un nuevo juicio debido a alegaciones de contaminación del jurado.
Martín del Río, condenado a prisión perpetua, enfrenta un duro encierro sin visitas y con incidentes preocupantes.
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