La inmigración ha sido fundamental en la construcción de Nueva York. Desde su fundación en 1624 como Nueva Ámsterdam, esta ciudad ha sido un crisol de culturas y un refugio para quienes buscan una nueva vida. A lo largo de los siglos, ha recibido millones de inmigrantes, cada uno aportando a su identidad actual. En 1892, Ellis Island se convirtió en el punto de entrada principal, procesando más de 12 millones de personas. Hoy, más de un tercio de los neoyorquinos nacieron en el exterior, lo que refleja la vitalidad y diversidad de esta gran metrópoli.
La historia de Nueva York está íntimamente relacionada con la inmigración que la ha definido y transformado.
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